Los expertos opinan
Viajar al cerebro puede ser apasionante, tanto que cuando lo has hecho una vez, es muy posible que ya no dejes de hacerlo. Por eso te propongo explorar conmigo este Viaje a tu cerebro. El arte de transformar tu mente. Un libro en el que viviremos un viaje de conocimiento, que tiene la calidad de transformarnos a medida que nos adentramos en su lectura. Encontrarás la creación de 100 dibujos en color a lo largo del texto; unos, te ayudarán a entender estructuras que nunca antes habías podido ver; otros son personajes o elementos que te acompañarán en este viaje y en cada una de las cinco estaciones de conocimiento por las que pasarás hasta llegar al final del camino que haremos juntos. Te los presentaré antes de que llegues a la primera estación de conocimiento.
Esto te lo cuento en el primer apartado: ¡VIAJEMOS! Un apartado especial para “corazones lectores”. Realizaremos el proceso en el marco de trabajo del método Thabit, definido y estructurado desde mis dos campos profesionales, la medicina y las neurociencias. Aquí te cuento por qué este modelo se llama Thabit y por qué es una metáfora muy adecuada, asociando la figura de un médico a una estrella de la constelación de Orión. Y ambos, representando de forma exquisita un método. Un método que nos permite aprender a dirigir el proceso de vida personal de forma saludable e influir desde nuestro valor, nuestras relaciones.
La fortaleza del Método Thabit está en su estructura y en la facilidad de aplicación, también condicionada, porque el método parte del autoconocimiento. Un punto de partida para orientarnos al cambio o refuerzo de pensamientos, sentimientos y comportamientos más adaptativos, y que aprendemos a crear, gracias a definir y aplicar herramientas y procedimientos que nos faciliten tomar mejor las decisiones y favorecer el bienestar personal y de relación.
Cuando descubrimos el efecto que creamos en el cerebro y el cuerpo con nuestra forma de pensar, nos cambia la mirada con la que observamos el mundo. Pero, además, nos hacemos conscientes de que somos los protagonistas de esta autotransformación, a veces saludable, pero otras muchas, no. Tenemos la tendencia a ser reactivos a las circunstancias, “llego tarde porque hay tráfico”, “me mojo porque llueve”, “me has estropeado el día con tu comportamiento”… ¡y esto no va así! Debemos adquirir valor para influir en nuestras relaciones, en niños, jóvenes o adultos con los que compartimos la vida.
En el segundo apartado, EL RETO, te explico la estructura del viaje que haremos pasando por estas cinco estaciones de conocimiento. Mirémonos un poco.
La primera estación de conocimiento: bases estructurales y funcionales
Lo que aquí descubrirás te permitirá no tener que hacer dogmas de fe, sobre todo lo relacionado con tu forma de vivir y que genera creencias. Por lo tanto, nos resultará más fácil reevaluarlas y, si conviene, cambiarlas. Conocer que tienes sistemas de neuronas que son la base de todo lo que haces, piensas y sientes. Que puedes aprender a dirigir su cambio para transformarte saludablemente, y que además, puedes hacerlo fácil si sabes cómo. ¡Es un regalo!
Nos transformamos con cada experiencia, tanto si queremos como si no, por eso es tan interesante aprender a dirigir ese cambio.
La segunda estación de conocimiento: mente, consciencia y atención
En esta estación de conocimiento descubriremos que poseemos una mente, una consciencia y una gran herramienta, nuestra atención. Reflexionaremos sobre lo que supone pensar, la importancia de “nuestra voz interior” y sus consecuencias neurobiológicas en el cuerpo y el cerebro.
¡Descubriremos juntos también aquí una selección de procedimientos para realizar una reestructuración del pensamiento, sí, sí, un cambio! Y poco a poco nos daremos cuenta de cómo aprendemos, memorizamos, adquirimos el conocimiento y cambiamos los hábitos. Veremos que ser creativos nos sale a cuenta y que, si alimentamos nuestros sentidos, con un ambiente rico y estimulante, ¡pero no estresante!, eso nos ayudará a crecer saludablemente. A partir de ahí, seguiremos el viaje a través de nuestro universo cerebral para llegar a la tercera estación de conocimiento y cada vez un poco más sabios y preparados.
La tercera estación de conocimiento: ritmos para nuestra conducta
La cuarta estación de conocimiento: vivimos conectados
En esta cuarta estación de conocimiento observaremos nuestra faceta social, y aquí utilizaremos metáforas para describir diferentes entornos de aprendizaje, como verás en “los escenarios de mirada atenta”. Estas metáforas nos permiten anclar mucho mejor los aprendizajes más afectiva y efectivamente en la memoria. Después, pondremos “color” a nuestras redes sociales, seleccionando un grupo de cualidades para crear una mejor comunicación y generar un comportamiento saludable. Descubrirás aquí la “dieta Thabit”, muy efectiva para refinar y llenar de amor nuestras relaciones, y podrás seguirla de lunes a viernes de forma repetida, sin que te suponga ningún inconveniente, sino todo lo contrario, te verás y te verán mejor día a día.
¡Toca pasar a la acción! Aquí nos lo demostraremos. Como en cualquier programa de gestión, estructuraremos un programa de vida, nuestro proyecto vital. Aprovecharemos el pasado para proyectar el futuro, haciendo un buen uso de la corteza prefrontal, definida como nuestro “simulador de vuelo” o como la “directora de orquesta” en este concierto estelar. Organizaremos las “herramientas” que habrán aparecido durante nuestro viaje en los “tres ámbitos de la vivencia”, el pensamiento, el sentimiento y el comportamiento y, para ser todavía más eficientes y minimizar el esfuerzo, describiremos un juego y aprenderemos a jugarlo.
También en esta última estación encontrarás una selección de cuentos, que nos facilitará centrar la atención, una función de alto nivel cognitivo. Y finalmente, ¡nos permitiremos solo centrarla en dos focos! ¡Pero ah! No te descubriré el significado de esto hasta no haber alcanzado ese nivel.
En cada estación de conocimiento encontrarás espacios destinados a imaginar; a reforzar; apartados para saber más, o apartados que nos guían a través de determinados procedimientos para experimentar y consolidar lo aprendido.
Bien, ¡hasta aquí hemos llegado! Si mi propuesta te parece interesante, te invito a experimentar conmigo a través de nuestro órgano más preciado. Viaja al cerebro y consigue crear ARTE, dirigiendo la transformación de tu mente.
¿Aceptas el reto?